sábado, 30 de julio de 2011

AUTOBUSES DE LANGREO Y SAMARTÍN POR EL MEDIO AMBIENTE.

Es indiscutible el esfuerzo de la compañía de autobuses de la comarca para luchar contra el medio ambiente. De poner uno trastos lentos y estorbosos que provocaban caravanas enormes y resultaban imposibles de adelantar aunque estuvieran parados, han pasado a unos peores que, además consumen aceite de fritanga, y que los ralentiza notablemente, y dejan a su paso un desagradable aroma a calamares fritos que justifica el esfuerzo de Rajoy por acabar con el mar a base de Prestiges.

Ahora, la malvada mercantil se propone añadir variedad a la cosa y pretenden que los autobuses apesten, además de a calamares, a huevos fritos, para reconocer la línea. Así si se llega a la parada y huele a calamar se sabrá que perdió el Laviana-Villa, si huele a huevo frito será la candonga de Tuilla.

Nunca mejor dicho que esta empresa presta un servicio, ya que con su uso apetece devolver. Lo que sí es indudable es el colabora a que el medio ambiente de la cuenca sea más bien mediocre. Informa nuestro corresponsal en el extrangero Tlaumates Chorinac

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